El título de libro, ya te da pistas para intuir el contenido del mismo.
En los ochenta, Lacruz fue inspector en Antiatracos y miembro del grupo Omega, en el que, a pesar de que estuviesen uniéndose agentes jóvenes e honrados como él mismo, quedaban todavía policías fascistas y antidemocráticos.
Dos décadas más tarde, Lacruz regenta un bar de mala muerte en Barcelona, pero un día varias personas de su pasado reaparecen. Uno de ellos es Arequipa, excompañero de la brigada Omega, que le acusa del asesinato de un miembro del grupo.
Estos acontecimientos llevarán a Lacruz a revivir fantasmas del pasado, los descubrimientos que hizo sobre sus antiguos colegas, las relaciones de estos con la ultraderecha española y su implicación en algunos crímenes de Estado. Pero le traerán también recuerdos de una inesperada relación que le abrió las puertas de la burguesía catalana acomodada.